La superficie ocular es hidratada por la película lagrimal que contiene agua, proteínas y lípidos. Los lípidos son el componente principal para mantener el ojo húmedo y la razón más común de los síntomas de ojo seco ya que es un defecto de su secreción. Estos son secretados por las glándulas de Meibomio, cualquier alteración en la funcionalidad de éstas causa síntomas relacionados con el síndrome del ojo seco. Entre ellos destacan: picazón, ardor, sequedad e irritación, sensibilidad a la luz y sensación de «arenilla en los ojos». Incluso suele aparecer un síntoma característico como es el exceso de lágrimas, donde la película lagrimal contiene pocos lípidos y se evapora fácilmente resultando un ojo seco por evaporación.
Las gotas hidratantes, también llamadas lágrimas artificiales alivian los síntomas, pero hay un tratamiento terapéutico, MiBoThermoflo, destinado a mejorar la funcionalidad de las glándulas de Meibomio. El objetivo del tratamiento es recuperar la funcionalidad en las estructuras que no actúan correctamente mediante la aplicación de calor y un suave masaje, mejorando la actividad de las glándulas de Meibomio y en consecuencia eliminando los síntomas causados por ojos secos.