Conozca a nuestro especialista en desprendimiento de retina
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La retina es una capa de tejido en la parte posterior del ojo que percibe la luz y envía las imágenes al cerebro. El desprendimiento de retina surge cuando la retina se separa de su posición normal debido a un desgarro. Aquí le explico los síntomas, las causas, el tratamiento y cómo es una operación del desprendimiento de retina y la recuperación post-operatoria.
Imagine que su retina es como una pantalla en la que se proyectan todas las imágenes de su vida
diaria. El proyector recibe la imagen y la enfoca exactamente en esa pantalla. En el desprendimiento de retina la pantalla sufre un traumatismo, normalmente en la periferia.
Imagínese que esa pantalla de la que hablamos está formada por un lienzo y una superficie dura
sobre la que el lienzo permanece tenso.
Se forma un agujero en la tela que si no se trata o sella, provoca que progresivamente se rellene de líquido el espacio entre el lienzo y la superficie externa, ocasionando una deformación de la imagen, zonas de la pantalla negras que inicialmente puede ser recuperable pero que con el paso del tiempo destruye el resto del lienzo hasta que la imagen no se puede volver a formar aunque lo reparemos.
Por eso es urgente acudir a un especialista cuando “ese lienzo” que es la retina, se rompe.
Inicialmente puede que no haya zonas sin visión.
Normalmente estos síntomas son previos al desprendimiento de retina, saber reconocerlos puede mejorar el pronóstico funcional.
Cuando observamos estos síntomas pueden ocurrir 3 cosas:
El tratamiento básicamente consiste en volver a colocar la retina en su sitio eliminando el líquido que la mantiene fuera de posición y sellar el desgarro mediante láser o crioterapia.
Existen 2 tipos de abordaje, externo e interno.
Los procedimientos pueden variar en función de cada caso completo y de la técnica que el cirujano domina con mayor pericia. Es posible asociar los dos procedimientos en la intervención.
No se alarme. En gran número de ocasiones es posible recuperar su retina y conservar su
función, y por tanto la visión.
Puede ocurrir que en la primera intervención la retina no quede completamente pegada y haya
que reintervenir quirúrgicamente, utilizando técnicas a veces más laboriosas, como combinar los
procedimientos interno y externo o introducir en el ojo sustancias más densas para que consigamos tener una reaplicación total de la retina.
Hay que ser optimistas, en la gran mayoría de los casos la retina se consigue finalmente pegar.
El paciente debe seguir una serie de recomendaciones.
Estas son fundamentalmente el reposo y mantener una postura determinada. Dependiendo del
tipo de desprendimiento y de la localización del desgarro se le propondrá una postura que debe
mantener un número de horas.
En ocasiones, el doctor le pedirá que permanezca sentado, otras veces tumbado sobre un lado, y
en ocasiones boca abajo. Las recomendaciones sobre el tiempo que deber permanecer en esa
posición son individualizadas por su médico.
Ante todo mantenga la calma y piense que el sacrificio merecerá la pena, porque el premio será la recuperación visual y este proceso se resuelve siempre con la colaboración del paciente que es
una parte muy importante del proceso.